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 DOCUMENTO FOTOGRÁFICO DEL ASALTO Y TORTURA AL MATRIMONIO CECCHINI

  (2 / III / 2012) Luego del trabajo de la Policía Científica, JNFNet tuvo acceso a la casa del matrimonio asaltado. "Patón" Cecchini nos muestra por dónde entraron y lo esperaron, según su teoría.

Luis Cechini o "Patón" o "Chicho" como lo conocemos en Juan N. Fernández, es un albañil jubilado que vive con su esposa, Mirta García, docente jubilada, sobre la calle 26, entre las calles 41 y 39.

Hace ya varios años, los cuatro hermanos Cecchini, recibieron una herencia de Italia, con la que adquirió y reformó unos inmuebles en la localidad. Aún hoy se encuentra trabajando en ellos, porque el dinero recibido, según nos contó, ya lo gastó en las inversiones que hizo.

"Yo les decía, te han informado mal, la herencia ya no la tenemos más", nos contó Mirta García que le decía al que le aplicaba corriente en uno de sus brazos.

Así quedaron las habitaciones de la casa. Revolvieron y rompieron almohadones, sillones, colchones y ropa, en busca de dinero en efectivo.

En el patio trasero del domicilio empezaron una pequeña excavación, presumiblemente creyendo que allí tendrían enterrado "el dinero que buscaban".

Según Cecchini así fue cómo ingresaron a su domicilio.

Ingresaron por este muro, medianera de una de las casas que tiene en construcción, sobre la calle 41, cuyos patios traseros son aledaños

Tuvieron acceso a este patio

De allí, a través de una abertura en el muro, llegaron al patio trasero del domicilio asaltado. En esa "veredita" que se observa, contra la pared, habrían aguardado las tres personas que Cecchini saliera al patio.

Cecchini, alrededor de las 7.15, como todos los días, sacó su perro al patio por la puerta que ve abierta en la siguiente foto. Los tres delincuentes, a paso firme, lo interceptaron usando el "factor sorpresa" y lo empujaron hacia adentro de la cocina, haciéndolo caer.

Contra esa cocina, cayó Cecchini. Uno de ellos dominó la situación en ese lugar, mientras que los otros dos, fueron a controlar a su esposa que se encontraba en su habitación.

Las buenas personas, en el sentido literal de la palabra, se pueden notar por sus actos, actitudes y aptitudes. En este caso, las palabras de Mirta, dan una muestra cabal de qué tipo de personas son ella y su marido.

"No les tengo rencor por lo que nos hicieron. Son gente joven que no conocen otra vida y seguramente necesitan mucho más que nosotros. En más de una oportunidad les dije que se fueran tranquilos que si necesitaban algo me lo pidieran que yo los iba a ayudar", reveló la ex docente.

La contrapartida de estas palabras fue la respuesta que recibió en varias ocasiones: "Callate vieja de m.... danos la plata de la herencia o les vamos a cortar los dedos de las manos".