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QUIÉN FUE JUAN NEPOMUCENO FERNÁNDEZ

 

  Fue un luchador incansable, un emprendedor de temple acerado que jamás escatimó esfuerzos por la conquista de un ideal o un deseo.

  La ganadería del país tuvo en Juan Nepomuceno Fernández, un decidido trabajador por el refinamiento de las razas, y tan es así que su cabaña «Los Manantiales», fundada en Chascomús, en el año 1850, fue una de las primeras y mejores establecidas de la República Argentina, circunstancia que pone en evidencia su deseo denodado de hacer adelantar esa fuente de riquezas, si se tiene en cuenta los sacrificios que traía aparejados esa finalidad, en aquella época de conmociones internas, (pronunciamiento de Urquiza contra Rozas) y las grandes invasiones de indios que, después de grandes retrocesos de las tropas, lograron establecer en ocho años, en 1858, la línea que se extendía hacia el sur, desde el río Quequén Grande, siguiendo por las sierras del Tandil y Arroyo Tapalqué hasta el Fortín Esperanza, en su prolongación; al centro del fortín mencionado hasta la Cruz de Guerra y la línea del Bragado, y , al norte, desde el Fortín Ituzaingó a Junín, siguiendo hasta las puntas del arroyo del Medio, en dirección a Loma Negra.

 Esta descripción fue necesaria para demostrar la gran fe de don Juan Nepomuceno Fernández en el porvenir de la ganadería, que no escatimó esfuerzo en agotar todos los medios posibles y en sacrificar todo lo que fuera menester trayendo reproductores de Inglaterra hasta su establecimiento, traslado que era muy dificultoso, por las faltas de vías de comunicaciones rápidas y seguras.

  Más tarde continuando con una serie sucesiva en pro de esta misma rama comercial, propicia la creación de la Sociedad Rural Argentina. En la actualidad, esta prestigiosa Institución, una de sus calles internas, lleva el nombre de Juan N. Fernández.

 En el año 1839 compró 13 leguas de campo, adquiriendo, luego, del gobierno nacional, en 1847, 19 leguas más, completando en el año 1867, la fracción que integraba la estancia primitiva «Quequén Grande», con la compra de 6 leguas más al mismo gobierno.

 Estas 38 leguas de campo ( 95.000 hectáreas) que son las que hoy constituyen nuestro pueblo y su zona rural estaban divididas en cuatro secciones: «La Delia», «El Pardo Marcelino», «San Juan» y «Don Miguel» y fueron pobladas en el año 1850 con haciendas criollas.

  En aquellos años la vida era muy dificultosa, de los que vivían «tierra adentro». Padecían el continuo ataque de malones arrasadores de los indios, sumado al aislamiento en que vivían con las únicas defensas de su facón, el caballo y las boleadoras. Otra de las grandes amenazas era la del «puma» o tigre americano, que ponía en riesgo las vidas de esos pobladores y ocasionaba innumerables daños en las haciendas, en épocas de parición. En las costas del Quequén, también habitaba el «aguará» o lobo americano y el «cimarrón», perro salvaje, que también ocasionaban «matanzas» en los animales.

 

LA FUNDACIóN

 

Fue el 28 de marzo de 1909, día en que se procedió al remate de las tierras del campo que perteneciera a la señora Josefa Fernández, de Fonseca Vaz, Condesa de Sena. Hasta aquella época, esta parte del partido de Necochea, estaba casi completamente despoblada. La gran extensión de tierra era dedicada totalmente a la ganadería, constituyendo a la principal fuente de trabajo de sus habitantes, que en un número muy reducido, poblaban la monótona quietud del «paraje».

  Dadas las aptitudes de la región, cuya tierra era una promesa de riqueza agrícola, surgió entonces la idea de subdividir la propiedad, que agradó mucho a su propietaria, que apoy´ plenamente esta idea.

  Es así que se procedió al remate, en la fecha mencionada, de una extensión de 1000 hectáreas con muy buen éxito ya que se vendieron casi en su totalidad los lotes subastados, pagándose por ellos la suma (muy razonable para esa época) entre los $1.50 y $ 3.00, el metro cuadrado, según su ubicación.

 Apenas unos pocos años bastó para que el pueblo de Juan N. Fernández, así nombrado en honor al padre de la fundadora, generará progresos impredecibles para una localidad en medio de la pampa.

Josefa Fernández de Fonseca Vaz

Condesa de Sena

(Cuadro original. Escuela Condesa de Sena)

 Album de Juan N. Fernández 1925

Autores: D. Rodríguez Nasso; J. Rosas Ortiz h.; Aníbal Altube; F Alberto Mazzini

La Escuela Condesa de Sena es un verdadero Museo de nuestro pueblo. Desde su mismísima estructura hasta las reliquias que conserva. A continuación tenemos tres fotos de estas reliquias que lucen orgullosas en esta Institución, habiendo sido testigos de nuestra historia.

Foto del cuadro original de nuestra Parroquia "Sagrado Corazón de Jesús", en donde se puede apreciar el descampado de sus aledaños.

Escritorio del Sacerdote Juan Marsiglio. Seguramente, sobre él, se escribió gran parte de nuestra historia.

Vidrios labrados con las iniciales "CS", entrelazadas, correspondiente a la Condesa de Sena.


YA EN 1928 PEDÍAMOS AUTONOMÍA

  El matrimonio de Hilda e Ignacio Machain hicieron llegar a esta página un documento histórico en la vida de Juan N. Fernández que es nada más y nada menos que el primer movimiento de autonomía, de la formación de un nuevo partido, que data de 1928.
Apenas a 19 años de la fundación, los pobladores de esa época ya manifestaban la necesidad y la voluntad de autonomía, de independizarse de la comuna de Necochea.
Según consta en este documento el nuevo partido se iba a llamar "Francisco Beiró", nombre de un abogado militante de la UCR que participó en la revolución de 1905, junto a Hipólito Irigoyen.

 Digitalización de MUNDO PC - Muchas gracias!

En este pequeño libro están recopiladas las invitaciones a las asambleas populares. En la primera de ellas, que estaba programada para el 10 de agosto de 1928, que lleva por título "Una cita de Honor", comienza diciendo: "Los dirigentes de los pueblos nos enseñaron siempre que a sus habitantes había que llamarlos cuando se debe discutir el porvenir de los mismos". Estas invitaciones también estaban dirigidas a los vecinos de Claraz, La Negra, Lumb y sus zonas rurales.


Con fecha 27 de septiembre, de ese año, el Dr. Néstor I. Aparicio presentó un proyecto de ley en la Cámara de diputados, fundamentando, entre otras cosas textualmente lo siguiente: "Estas poblaciones – refiriéndose a las que integrarían el nuevo partido – como la de Juan N. Fernández, alejadas del asiento principal de sus autoridades, permanecen estancadas y privadas de los servicios públicos más indispensables, pese a su potencialidad económica y al progreso adquirido exclusivamente a expensas de la preocupación de sus habitantes, pero donde difícilmente llega la acción de la autoridad más inmediata que es la comunal". 
(80 años después, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).


Como parte de la estadísticas que figuran en este documento en 1928, en Juan N. Fernández había 3.516 habitantes, en Claraz, 1.517 y la población rural de toda la zona era de 7.095 habitantes haciendo un total de 12.208 habitantes en esta parte de la región.


Fue tan fuerte este movimiento de autonomía que la comisión recibió cartas de adhesión de todas los partidos políticos de la región e inclusive Francisco Lafarga le compuso con letra y música una marcha titulada "LA Autonomía"

 

 Mapa del que hubiese sido el Partido de Francisco Beiró