El basurero a cielo abierto que tenemos ha sido blanco de muchas notas, editoriales y críticas. En pleno Siglo XXI con la cantidad y todo tipo de basura que generamos no es admisible que, aún sea un predio abierto, sin cerco, sin ningún proceso, el contenedor de residuos de toda una población. Punto aparte.

Aún así, adentro del predio se trabaja. En la semana del Lunes 21 de Septiembre, una pala juntó toda la basura en una lomada dejando el resto del terreno limpio, liso y llano. Muy prolijo, dentro de todo.

Una semana después quedó como se ve en las fotos. Las distintas personas que fueron a tirar sus residuos lo hicieron en cualquier parte del terreno. Con una pizca de esfuerzo más, lo depositaban en el montón y el lugar seguía ordenado. Pero, la cultura de la mugre que tenemos y de creer de forma muy convencida que la mugre nuestra no es nuestra, hace que hagamos con ella lo que no se debe, tirarla en cualquier lugar.

Las fotos muestran muy claramente la montaña de basura y también los residuos arrojados en cualquier parte del terreno limpio.