Esta situación se puede ver hoy en el cesto de alambre que hay sobre la entrada al corralón Municipal, en la calle 37, entre 26 y 28, destinado al acopio de botellas de plástico.

Vecinos desaprensivos  aprovecharon el cesto repleto y depositaron basura domiciliaria que no tiene nada que ver con con el fin del lugar.

Además de verlo repleto y por ende esperar a que lo vacíen, han seguido depositando botellas y de paso, sus basuras.

Conductas como estas nos dejan cada vez más seguros de algo que venimos pidiendo desde hace muchos años: que comiencen, en las escuelas, pero no una vez o una actividad al año, durante todo el ciclo escolar, a educar a los niños para erradicar esta conducta dañina para nosotros mismos. Es la única manera que hay, a largo plazo, de terminar con LA CULTURA DE LA MUGRE.