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64 AÑOS DE CASADOS CONSERVANDO EL AMOR Y EL RESPETO COMO BASE DE ESTA LARGA Y HERMOSA CONVIVENCIA
Se conocieron en los bailes de la Sociedad Española. Ambos vivían en el campo con sus padres en lados opuestos del pueblo. A los dos años de novios se casaron y vivieron un tiempo en un campo cerca del Paraje La Numancia. Luego compraron una fracción de campo y allí vivieron sus años más felices, según nos contó Miriam.
"Vivimos 20 años en el campo muy felices. Tengo los mejores recuerdos y extrañamos un poco esa vida", confesó Miriam. Alfredo trabajó su campo mientras pudo y dentro de todos los recuerdos, su esposa contó que le llevaba el desayuno a la cama todos los días. "Todas las mañanas, entre las 8,30 a 9,00, me llevaba el desayuno y me prendía la cocina a leña para que tenga la casa calentita", recordó Miriam. Alfredo, con total humildad y demostrando su amor por su esposa, le quita mérito a su actitud. "Le llevaba un té, nada más, con un pedazo de pan y manteca, nada raro", reconoció Alfredo. Poniendo ante todo la crianza y educación de sus hijas, Miriam asegura que "las hijas fueron todo. Siempre estuvimos presentes y hoy disfrutamos de los nietos y bisnietos".
Alfredo Corral siempre trabajó en su campo hasta que decidió arrendarlo. Desde la siembra hasta la cosecha, hizo de todo. Hoy disfrutan de la compañía de sus hijas que siempre están viniendo y acompañando. A Miriam no le gusta cómo se maneja hoy la juventud. "No se respetan hoy los chicos o quizás es la ausencia de los padres que no les enseñaron", se lamentó. Y recordó: "Una vez, cuando Alfredo estaba en la Cooperativa, viajó a Pergamino y yo le dije que me gustaría acompañarlo. Pero me dijo que no, que debía quedarme con las hijas. Y así lo hice, porque no íbamos a poner una señora para cuidarlas". En cuanto a la convivencia de 64 años reconoció que no es todo color de rosa. "Eso de que nunca ni un si y ni un no, es mentira", aseguró. En ese sentido reconoció que "hemos vivido cosas tristes y alegrías y hoy estamos felices y contentos".
Alfredo nos muestra orgulloso sus medallas del Servicio Militar y del Club Defensores
Miriam es su segundo nombre. Alfredo nos contó que el primero es Eglantina. "Yo nunca digo mi primer nombre porque todos me preguntan: qué?". Según Miriam, su mamá le contó que el nombre Eglantina, era de una rosa de Francia. "Un día el Dr. Ivan lo buscó, lo encontró y efectivamente tenía razón mi mamá".
Alfredo y Miriam. Miriam y Alfredo. Una historia de respeto, comprensión y convivencia de 64 años, fundada en el amor.
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