Muchas generaciones hemos pasado formando parte de sus alumnos. Problemas administrativos, burocráticos hicieron que la sra. Mirta García, debiera trabajar 46 años para obtener su merecida jubilación como maestra.

Formó parte de la segunda promoción de "Maestros Normales", egresados del Instituto Excelsior, luego de hacer "la primaria" en la Escuela Nº 14, donde terminó su labor docente.

El 16 de marzo de 1965 comenzó a trabajar en la Escuela Condesa de Sena, "en donde tengo depositado mi corazoncito", nos confió. Un año más tarde empezó a trabajar como profesora en el Instituto Excelsior, donde se jubilará el año próximo.

"Para poder estar acorde a la circunstancias y actualizada en estos últimos años,  realicé una capacitación en la Universidad de Tandil durante tres años en Sociales", nos dijo.

A lo largo de su labor desempeño tareas, además, en la Escuela Nº 22, Paraje El Palomar, Escuela Nº 13, de La Negra y, los últimos 10 años, en la Escuela Nº 14. Siempre desempeñándose como profesora en el Instituto Excelsior.

Lejos de relajarse o buscar excusas para no trabajar, al enterarse de los problemas administrativos que harían dilatar su jubilación, siguió su actualización y además emprendió una carrera universitaria a distancia, en Mar del Plata, en donde se recibe el año que viene.

Muy a su pesar, porque no quería que trascendiera, nos tuvo que confirmar una información que poseíamos. La misma da cuenta que fue invitada a participar del Centro de Investigaciones de la Universidad de Mar del Plata por, quienes hoy, son sus profesores, pero que ya la toman como una colega más.

Hablando de la educación actual, sintetizó su opinión de la siguiente manera: "El chico que agrede, que insulta que no acata los límites, está pidiendo ayuda a gritos".

LA DESPEDIDA

El último día de su trabajo en la Escuela Nº 14 fue especial para ella y también lo fue para sus compañeros de trabajo que le prepararon una jornada especial, con disfraces y regalos, en donde la primera disfrazada fue la agasajada, también sus compañeros y miembros de la Asociación Cooperadora.

Luego de tan especial jornada, llena de recuerdos, emotividad y regalos, llegó la hora de la despedida y regreso a su casa con la satisfacción del deber cumplido... CON CRECES!!!

¡¡¡FELICIDADES!!!