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EDITORIAL ¡BASTA! ME TIENEN PODRIDO
Cuando el periodista Jorge Lanata habló por primera vez de “la
grieta”, en su discurso al ganar el premio “Martín Fierro”, muchos
lo tildaron de loco y otros (como en mi caso) de exagerado. ¿No se dan cuenta que con su extremismo están volviendo a nuestra vida cotidiana cada vez más difícil?¿No se dan cuenta que la tranquila vida de pueblo la están convirtiendo en una ring donde de un lado están unos y del otro sus enemigos? Porque eso es lo que me agobia, que se tratan como enemigos. Ex compañeros de colegios, amigos del barrio, conocidos de la cancha o de alguna comisión están enfrentados por el nivel de agresividad y negación que existe hoy en día. De un lado están los kirchneristas que no ven la tremenda corrupción del gobierno anterior, que lo de la “rosadita” es gente contando plata, que la ruta del dinero es un invento de la corpo y que Cristina es Evita al cuadrado. Del otro lado están los anti-kircheneristas que todo lo que tocó el gobierno anterior lo pudrió y no ven la asignación familiar universal, la jubilación de la gente a la que nunca le aportaron y que hoy la plata no alcanza en los hogares que hasta el 10 de diciembre llegaba bien a fin de mes. En el medio están todas estas cosas y otras cientos, que se pueden discutir, mejorar y proponer. Pero no. ¿Para qué vamos a dialogar? Mejor agredamos. Es así que hoy leemos en las redes sociales de nuestro medio, ya a la mañana temprano, tirando mierda de todos lados y para todos lados. Tanto de un lado como del otro parece que están esperando para encontrar aunque sea la punta de un alfiler para defenestrar a uno o al otro. En 1983 el peronismo no podía creer que las elecciones las ganara un radical. Pero, si bien se la hicieron bien difícil al Dr. Raúl Alfonsín desde la oposición, no se vio ni por asomo esta crispación que hay hoy. Carlos Menem fue el último caudillo (según mi opinión) y quiso perpetuarse y tuvo gente que apoyaba esa intención. Pero el pueblo, en las urnas, le dijo que no y puso su confianza en un santacruceño que gobernó cuatro años. Y ahí terminó la cosa. A Néstor Kirchner también se la hicieron difícil, pero no pasó más de la política. Hoy ya pasaron 4 meses que cambió el gobierno y los kirchneristas no se resignan a que dejaron el poder, pretenden que el helicóptero que se llevó a De La Rúa vuelva a posarse en la Casa de Gobierno y santifican a Boudou y Moreno. En tanto los anti kirchneristas pretenden que hoy está todo color de rosa, que la economía está de diez y Panamá Papers es un error de imprenta. Pero la cuestión ¿cuál es? Que de ambos lados pretenden hacer valer su verdad agrediendo y descalificando al otro. ¿Por qué? ¿Por qué no paran? ¿Por qué no se paran en el medio, por una vez y dejan de ver las cosas de un extremo o del otro?
Antes, deportivamente, estaba Defensores y Barracas. Después del
partido éramos todos fernandenses. Siempre hubo radicales y
peronistas. Cada uno trabajaba para su partido, después, éramos
todos fernandenses. Somos una comunidad pequeña y nuca existió
esta división. Esta agresión continua, de un lado y del otro,
cercena nuestra sociedad. Hoy es muy normal escuchar que un vecino
no va a comprar al negocio de otro porque es kirchnerista o
viceversa. Paremos ¡Basta! El gobierno que se fue lo hizo porque el pueblo así lo quiso y varios de sus integrantes están siendo investigados por la Justicia. Dejemos que la Justicia trabaje, pero ¡BASTA DE AGRESIONES! El Ing Mauricio Macri debe ser investigado por los Panamá Papers, con todo el rigor que merece cualquier argentino y mucho más por su enorme responsabilidad que tiene como presidente, pero ¡BASTA DE AGESIONES! Hemos visto a grandes personalidades públicas (actores, cantantes, directores) que azuzan esta grieta. Pero ellos tienen su vida asegurada. Acá y en comunidades pequeñas como la nuestra, tenemos que levantarnos todos los días y vernos las caras y trabajar juntos. ¡BASTA DE AGRESIONES!
Un buen ejercicio para los lectores, para el vecino común es leer
o escuchar diferentes medios porque allí se ve “la grieta”.
Justamente donde la palabra debe ser exactamente la pura y
rigurosa verdad, allí, está “la grieta”. Y leyendo o escuchando
diferentes medios veremos la misma noticia maximizada o
minimizada, según la ideología o intereses de ese medio. Si somos
medianamente inteligentes y sabemos extraer lo correcto, veremos
la verdad de la noticia. Ricardo J. Basualdo |
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