El titular de la Cátedra de Medicina Preventiva de
la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil, explicó que el
vector es un mosquito comúnmente llamado “jején” y que al parecer,
por la tala indiscriminada de árboles se ha visto forzado a salir
de su hábitat natural y buscar otros huéspedes como el perro y el
ser humano.
La
lehismanía es una enfermedad provocada por un parásito, nos
explicó Schettino y el perro, cuando la contrae, es picado por
este mosquito (Lutzomyia)
quien al picar a un ser humano contagia la enfermedad.
“La
lehismania cutánea se da en formas de úlceras no dolorosas pero
cuando se forman en la cara la persona debe someterse a una
cirugía facial sin remedio”, explicó el facultativo.
En cuanto al otro tipo de lehismania dijo que “ahora se está
viendo la lehismania visceral que ataca el bazo, el páncreas y los
riñones. Esa es muy comprometida y si no se trata a tiempo es
mortal”. En cuanto a los tratamientos, explicó que en los perros
no se ha encontrado un tratamiento adecuado por eso están
trabajando en la prevención, por ejemplo, poniendo al animal
collares anti mosquitos. En cuanto al ser humano el tratamiento es
a través de una inyección oleosa, muy dolorosa, por día durante 28
días. .
Schettino recomendó que se debe tener especial cuidado cuando se
viaje al norte de nuestro país y tomar los recaudos necesarios
como cubrirse los brazos y la piernas y ponerse repelente en el
resto del cuerpo. También con los perros que puedan ser traídos de
esas zonas y pueden tener la enfermedad.