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 NI UNA MENOS, PORQUE VIVAS NOS QUEREMOS

A un año de aquella primera movilización, hoy nuevamente nos encontramos para gritar: Ni una menos; vivas nos queremos! Porque el femicidio es la expresión más brutal de la violencia machista.

En el año 2015 se registraron 286 muertes y en los primeros cien días de este año ya hay 66 más, con lo cual, el número asciende a 352 femicidios. Este es el lugar de desprotección en el cual nos encontramos hoy las mujeres.
Cuando hablamos de femicidios nos referimos a las mujeres que mueren en casi todos los casos a manos de sus maridos, novios, o ex parejas; hombres que ya no pueden controlar la vida de esas mujeres, y entonces terminan con ellas. Sólo en un número muy pequeño de casos los hombres no conocen a las mujeres que victimizan. Es decir, que la mayor violencia se manifiesta en las relaciones de intimidad. La franja de edad de las víctimas de femicidios registra una mayor incidencia entre los 20 y los 35 años de edad.
Pero la violencia no comienza allí, sino en cada expresión de desigualdad entre varones y mujeres, en la reproducción de estereotipos de género inflexibles durante la crianza y la educación en la que se acepta y legitima la dominancia masculina a través de la competencia y el uso de la fuerza para lograr cualquier objetivo.
La violencia arrasa con lo más esencial que el contexto familiar debe brindar a los niños y niñas, “cuidados primordiales” puesto que tienen derecho a recibirlos. Porque vivir en un ambiente que naturaliza el maltrato, el sufrimiento, la opresión, la descalificación, sin ellos poder comprender o procesar esas vivencias, hace que sientan amenazada su propia integridad y aprendan -sin saberlo y sin quererlo- modelos de comportamiento violento. Esto empobrece enormemente su subjetividad y obstaculiza el desarrollo y la expresión de la afectividad y por tanto, la posibilidad de establecer vínculos saludables.
Pero lo que sostenemos no es que a las mujeres se las debe cuidar únicamente por ser madres o por la posibilidad de serlo sino, y fundamentalmente, se las debe cuidar por ser personas. Y el Estado, en cada una de sus instituciones en salud, en educación, en justicia o a través de sus organismos de protección y promoción es el primer garante de los derechos reconocidos. Al respecto la Organización Civil “La casa del encuentro “informa que desde el año 2008 hasta el año 2015 registra 2518 hijas o hijos de las 2094 mujeres que resultaron víctima del peor rostro de la violencia patriarcal y 1617 eran menores de edad al momento del hecho. Tenemos que hacernos cargos de esos chicos y sus situaciones. En la enorme mayoría de los casos esas madres asesinadas habían hecho denuncias previas, pero el Estado no respondió. Cada semana se suman 6 chicos que quedan huérfanos por femicidio, otra cuestión que trabaja esta organización civil es haber presentado un Proyecto de Ley al Congreso que impida que los femicidas puedan hacerse cargo de los hijos, tal como ocurre actualmente.

Se avanza muy lentamente en la articulación de acciones para prevenir y atender la violencia que sufren las mujeres, y en esta tarea las instituciones no pueden trabajar solas. Por eso es tan valiosa la participación de la comunidad en estas actividades. El año pasado sucedió algo totalmente novedoso: la gente común fue la que dijo “¡Basta!” y organizó la marcha a través de las redes sociales, demostrando el poder de organización que posee para movilizarse e instalar la condena social a los violentos, rompiendo así el silencio que encubre esa violencia.
Ante el recrudecimiento de la violencia, con actos más atroces hacia mujeres cada vez más jóvenes, hoy volvemos al espacio público para reclamar y exigir que se den respuestas oportunas:
* Que se implementen todos los recursos necesarios y el monitoreo del Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres, tal como lo establece la ley 26.485.
* Que se garantice que las víctimas puedan acceder a la Justicia.
* Que en cada fiscalía y en cada comisaría se destine el personal idóneo para recibir las denuncias por violencia de género, evitando la revictimización por violencia institucional.
*Que las causas de los fueros civil y penal se unifiquen y que las víctimas tengan acceso a patrocinio jurídico gratuito durante todo el proceso judicial.
* Que se elabore el Registro Oficial Único de víctimas de violencia contra las mujeres, se realicen estadísticas oficiales y actualizadas sobre los femicidios, con el fin de dimensionar la problemática para diseñar políticas públicas más efectivas.
*Que se garantice y profundice la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos, sensibilizando a docentes y directivos para formar en los valores de igualdad y diversidad, de manera que nuestras jóvenes puedan vivir una vida libre de discriminación y violencia machista.
*Que se garantice la protección de las víctimas de violencia, se implemente el monitoreo electrónico de los victimarios, asegurando que no se violen las restricciones de acercamiento que les impone la Justicia.
Hoy, todos juntos reclamamos por las mujeres violentadas, por las golpeadas, por las abusadas, por las amenazadas. Gritamos por las que no pudieron gritar, por las que no pudieron salvarse, por los hijos que el femicidio deja sin madre y expone al mayor de los desamparos. Gritamos exigiendo justicia y un Estado que luche activamente cada día contra la violencia machista.
¡Ni una menos, porque vivas nos queremos!

                          MESA LOCAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
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