Seguramente una perrita callejera en celo ha sido el motivo para que una numerosa cantidad de canes anden deambulando por las calles y veredas del pueblo. Esto viene ocasionando molestias y situaciones peligrosas para quienes se encuentran con la jauría. Los automóviles deben detenerse para no atropellarlos mientras que los animales, lejos de percatarse del peligro, siguen su instinto de reproducción.

Las personas que van caminando por las veredas deben caminar entre los perros que continuamente van manteniendo peleas entre ellos.

Como dijo el Dr. José Luis Orofino, encargado del quirófano móvil de castración de animales, los perros sueltos resultan un peligro para la sanidad pública, además de ser un peligro para ellos mismos.

Sobre este tema existe una responsabilidad compartida entre los dueños de animales que los dejan sueltos (porque no son todos callejeros, los que se observan) y las autoridades municipales que continuamente reciben quejas, inclusive de mordeduras o de caídas de personas en motos o en bicicletas y no lo han solucionado, al contrario, el problema empeora.