Munido de una total sencillez habló en exclusiva con JNFNet y explicó los dos hechos en los cuales, dejó de ser policía y aplicó el sentido de la humanidad, sin amilanamientos y con una total convicción de apostar a la vida.

Refiriéndose  al primer episodio recordó que recibieron un llamado al 911 y acudieron a una casa donde una mujer estaba por dar a luz. “Nos encontramos con la señora en el baño y con el bebé ya naciendo”, dijo Gérez. Haciendo la reserva que nunca quiso asistir al parto de sus hijos por desconocimiento, relató que ayudó, junto a su compañero Amuchástegui a nacer al bebé. “Se lo pusimos en el pecho a la mamá, corté el cordón umbilical con una tijerita muy chiquita y lo até con un cordón de su calzado”, dijo el policía.

Comentó que luego de unos días pasó por el domicilio de esta familia y visitó a “Valentín”, el bebé al que ayudó a nacer y tanto él como su mamá se encontraban en perfectas condiciones.

 A los pocos días este mismo policía por circunstancias que tiene el destino o la vida o vaya a saber por qué, le tocó estar en presencia de joven de 18 años que quería quitarse la vida.

Según nos contó el Teniente Gérez, también acudieron al Puente Ezcurdia por un llamado al 911. Allí se hicieron presentes más de 10 móviles policiales y de la Prefectura, también lanchas por el río por si el joven se largaba al vacío. Él fue el que se acercó a unos metros, con la advertencia de la persona que no se arrimara porque se tiraba. “Lo estuve charlando unos minutos y fui acercándome de a poco hasta que lo pude sujetar de un brazo y lo saqué del peligro”, comentó con una sencillez tal, como si hubiese realizado cualquier otra cosa que no hubiese sido salvarle la vida a un joven de 18 años.